La Galería La Cuadra cerró sus puertas a finales del año pasado y abrió nuevamente con otro nombre: Espacio Monitor.
Se trata de una nueva galería con el mismo director, Luis Miguel La Corte, y el mismo curador, Miguel Miguel, pero ahora funciona en otro espacio, en el Centro de Arte Los Galpones, justamente en la sala donde antes operaba Periférico Caracas/Arte Contemporáneo (que también cerró sus puertas en la misma fecha).
Espacio Monitor inauguró en febrero pasado una exposición del artista venezolano Víctor Lucena, residenciado en Italia desde los años setenta. Posiblemente, el impacto que tuvo su anterior muestra individual en la Galería La Cuadra tres años atrás -reseñada por Freddy Carreño en la edición No. 83 de Art Nexus- motivó a que la apertura de esta nueva galería fuese justamente con una muestra de Lucena. En esta ocasión, las dimensiones son otras. Ciertamente, el formato de la exposición y los objetivos de la misma están en consonancia con las posibilidades de un espacio de exhibición mucho más amplio que posibilita la presentación de obras en grandes dimensiones, así como el desarrollo y despliegue de un trabajo de investigación que el artista viene realizando desde aproximadamente cuatro décadas. Es por ello que Miguel Miguel, curador de la misma, señala que esta muestra tiene carácter museal. La exposición de 2011 dejó entrever parte del desarrollo de ese trabajo, que ahora vemos con nuevas aristas y en otra dimensión.
La exposición consta de diez esculturas realizadas en diversos materiales como bronce y aluminio, así como piezas bidimensionales en vidrio o en telas cocidas en oro y plata. Sus formas abstractas han motivado la clasificación de este trabajo como geometría conceptual (M. Miguel). Ello se debe a los resultados de la investigación de Lucena. Dicho de manera sintética y lo más sencillo posible, este trasfondo conceptual parte del estudio que el artista realizo de los clásicos: Ezequiel, Ictino, Euclides, Talete, Arquímides, Vitruvio, Apolodoro de Damasco, Fra Giocondo de Verona, Fra Luca Pacioli, Piero Della Francesca, Leonardo Da Vinci, Leon Battista Alberti, Juan Herrera, Jerónimo de Prado, Juan Bautista Villalpando, John Wallis, William Jones, Robert Palais, Michael Hartl, Kevin Houston, y más. Ellos encarnan, según sus palabras, «el ideal de iniciados» porque sus postulados y teoremas son «aplicables al ejercicio del pensar y del quehacer humano de los filósofos, matemáticos puros, humanistas y científicos que producen los razonamientos que serán los resultados de las reflexiones, traducciones, complementaciones y verificaciones en cada disciplina». Lucena busca ese ideal del «perfecto filosófico y el perfecto matemático». La suma de «Mente y Cuerpo, Orden y Escala Humana».
Uno de sus propósitos es crear «‘espacios de bienestar» que derivan justamente de la relación proporcional y armónica entre sus partes: la consecución de la «perfección perfectísima». En la exposición se ha buscado la concreción de este ideal a través de las relaciones proporcionales entre las formas geométricas de las piezas, su interrelación con el espacio y, por supuesto, la escala humana.
Cuenta Costanza De Rogatis, en el texto explicativo de la exposición, que el método utilizado para la realización de estas estructuras fue, además de la escala humana, el sistema de medida de los antiguos egipcios (a través del codo y la vara), sistema que fue revelado en sueños por un ángel a Ezequiel para que éste construyese el segundo Templo de Salomón. Estas proporciones, prosigue De Rogatis, han sido reutilizadas desde la Antigüedad clásica (Panteón de Agripa, Roma) hasta la reciente arquitectura modernista de Carlos Raúl Villanueva al proyectar el Museo de Bellas Artes de Caracas.
Las estructuras, entonces, parten de estas relaciones proporcionales perfectas. De Rogatis explica cómo se establecen algunas percepciones equivocas propias de las ilusiones visuales dependiendo de los puntos de vista del individuo: estructuras que aparentan tener diversos tamaños, cuando en realidad «comparten la misma área o perímetro»; ejes horizontales y verticales percibidos como diferentes en su proyección axonométrica, cuando en realidad tienen igual proporción. Asimismo, acota cómo prevalecen las formas circulares frente a las rectas angulares, ya que las primeras son formas provenientes de la naturaleza, mientras que las segundas son propias de la invención humana. Esto se pone en evidencia en el contrapunteo de piezas rectas y curvas que componen el espacio en sala, las cuales, siendo esculturas, son a la vez dibujos en el espacio.
Algunos círculos -ovoides- parecen orbitar en el espacio. Estas formas parecen progresiones que varían en distancia y en la naturaleza de sus formas. El artista parte del principio de que todos los elementos del universo evolucionan desde su propia naturaleza, y, por corresponderse a sí mismos, se anulan. Ello crea un «sin fin dinámico» que en cierto modo se metaforiza en diversas piezas en esta exposición.
La obra de Víctor Lucena trasciende lo formal para revelar, en sus relaciones proporcionales en apariencia sencillas, la condición infinita de la creación. En definitiva, la suma de la perfección.
BENKO, Susana. (junio-agosto, 2014). Víctor Lucena : Espacio Monitor. Revista Art Nexus #93, volumen 13, 84-85pp.