Alberto Cavalieri (Caracas, 1969) es hoy por hoy uno de los escultores más prolíficos y de mayor reconocimiento en el panorama plástico venezolano. Su trabajo es característico, ya que ha estado signado por el establecimiento de un juego visual y háptico entre el material con el que ejecuta sus obras y las posibilidades plásticas que brinda éste como forma tridimensional sometida a un designio estético. Así, las esculturas de Cavalieri mantienen una relación dinámica y sensual con el espacio que las circunda y penetra: son líneas-volúmenes que forman curvas, nudos, espirales, segmentos sinuosos, en una levedad que contraviene la concreción, el peso y dureza del material con el que están realizadas, casi siempre hierro macizo y, más recientemente, acero inoxidable.
Su formación como diseñador industrial sus estudios de ingenieria mecánica han sustentado buena parte de su propuesta plástica, que, por lasimplicaciones señaladas, se vale cada vez más de las herramientas tecnológicas para su diseño y ejecución.
La exposición «Inoxidables» supuso un giro y un riesgo en el trabajo de Cavalieri. El artista considera esta exposición como una síntesis de sus veinte años de trabajo, y por ello incluyó piezas que apuntan al pasado, al presente y a las posibilidades futuras de su creación. La muestra incluyó un políptico de grandes dimensiones, ocho esculturas, cuatro piezas de pared realizadas en acero inoxidable y dos instalaciones hechas en metal y algarrobo. Las piezas de la serie titulada Pipelines siguen de cerca su trabajo de esculturas de líneas sinuosas nudos realizados con hierro, en los que con un extraordinario dominio de la técnica, el artista logra engañar al ojo y representar formas maleables y puntos de equilibrio inusitados. Pero en las Pipelines Cavalieri introduce algunas innovaciones que ilustran un aspecto lúdico en la propuesta. En primer lugar, abandonó el hierro macizo y trabajó con acero inoxidable en segmentos huecos, a manera de ductos. Como bien señala la crítica Costanza de Rogatis en el texto de presentación de la exposición, el artista «se plantea, por una parte, la síntesis geometrizada que recupera la estética de los sistemas de ductería para jugar con la posibilidad de formas que parecen escurrirse por las paredes o pender del techo, curvándose en un aparente precario -pero en realidad calculado- equilibrio». El mismo artista ha recalcado que la introducción de cierto tono irreverente, afín con algunos discursos del arte contemporáneo, se encuentra presente en esta serie de obras.
La tecnología, como ya hemos señalado, cumple un papel preponderante en el logro de estas piezas y en la obtención de ese calculado equilibrio. A este respecto, el artista se vale de un programa de computación con el que diseñó cincuenta partes, las cuales codificó construyendo su propio juego de formas, que, gracias al programa, podía ensamblar y visualizar en todos sus aspectos.
Pero el aspecto manual de sus obras cobra también importancia, y se verifica en la impecable factura de sus trabajos, que son ensamblados por el propio artista. En el caso de los Pipelines, las líneas de remaches que bordean los ductos, recalcan este aspecto.
La exposición incluyó también una impresión digital ultravioleta sobre malla de poliéster y PVC creada a partir de la imagen generada por un software llamado Estructura Inalámbrica, que Cavalieri solía utilizar para modelar sus piezas, y que muestra el esqueleto de las estructuras creadas por el artista, en un acercamiento al diseño digital como dibujo.
El tercer segmento de piezas viene dado por la serie Stocks, que reúne su investigación más reciente. En esta serie, Cavalieri abandona totalmente su discurso plástico anterior, aunque permanece el interés por el material como elemento tridimensional expresivo por sí mismo. El artista realiza volúmenes con forma de lingote que apila generando una columna. El duraluminio y la madera de algarrobo fueron los materiales seleccionados en esta ocasión, después de una profunda investigación del artista en torno a la materia que se hace obra de arte. La indagación subyacente en Stocks ya no tiene que ver con la percepción de las propiedades físicas de la materia, sino con su transformación en volúmenes primarios para su almacenamiento y comercialización. En este sentido, el artista ha señalado que, por un lado, estas piezas se relacionan con el tema global de la economía, y por otro, con la escasez de la materia que se prevé en el futuro.
Con Stocks, la obra de Cavalieri da un paso hacia una asunción más conceptual de la escultura. Al remitirnos a una unidad mínima y en cierto modo neutra de materia, el artista busca concentrar su obra en lo que más concretamente la conforma. Sin embargo, la referencia al lingote como medida de almacenamiento de riqueza abre un campo amplio hacia el futuro desenvolvimiento de su trabajo, en concordancia con las narrativas críticas propias de la contemporaneidad.
CHACÓN, Katherine. (Marzo-mayo 2015). Alberto Cavalieri. Art Nexus #96. Páginas 98 y 99
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Traducción al inglés
Alberto Cavalieri (Caracas, 1969) is today one of the most prolific and renowned sculptors un the Venezuelan art scene. His work is highly characteristic, marked as it is by the establishment of a visual and tactile play between the materials employed in the execution of the works, and the plastic possibilities it affords as a three-dimensional form subjected to an aesthetic design. In this way, Cavalieri’s sculptures sustain a dynamic and sensorial relationship with the space around them, the space that penetrates them: they are lines-volumes that form curves, knots, spirals, sinuous segments, in a state of levity that contradicts the concreteness, the weight, and the hardness of the material in which the works are made, almost always solid iron and, more recently, stainless steel.
Cavalieri’s education as an industrial designer and his studies in mechanical engineering have supported most of his artistic proposal, which, because of the implications already mentioned, have made increased use of technological tools in their design and execution.
The exhibition Inoxidables involved a turn and a risk for Cavalieri. The artist sees this exhibition as a synthesis of his 20-year career, and for this reason he included works that point toward the past, the present, and the future possibilities of his art. The show included a large-format polyptych, eight sculptures, four wall works in stainless steel, and two installations in metal and carob-tree wood.
The works in the series Pipelines closely follow Cavalieri’s work with sculptures of sinuous lines and knots, made in iron, where, with great mastery of the technique, he is able to trick the eye and represent malleable shapes and unexpected point of balance. But in the Pipelines Cavalieri introduces innovations that account for a playful aspect of the proposal. First, he abandons solid iron and works with stainless steel in hollow, tubelike segments. As critic Costanza de Rogatis notes in the text presenting the exhibition, Cavalieriposits, on the one hand, a geometricized synthesis harking back to piping systems in order to play with the possibilities of shapes that seem to drip down the walls, curving themselves in an apparently precarious, yet in reality very calculated equilibrium.» Cavalieri himself has emphasized that the introduction of a certain irreverent tone related to some discourses in contemporary art, is present in this series of works.
Technology, as we have mentioned, plays a dominant role in the achievement of these works and the attainment of their calculated equilibrium. For that, the artist uses a software program to design 50 parts, which he coded to build his own game of shapes that he could, thanks to the program, assemble and visualize in all their aspects.
But the manual element of Cavalieris works is also important, and is found in the impeccable make of his sculptures, assembled by the artist himself. In the case of the Pipelines, the lines of rivets bordering the ducts emphasize this aspect.
The exhibition also included an ultraviolet digital printona polyester and PVC grid, created on the basis of the image generated by a software program titled Wireless Structure, which Cavalieri used to model his works, and which displays the skeleton of the structures created by the artistin an draftsmanshiplike approach to digital design.
The third section of works is the series Stocks, which features Cavalieris mostrecentproductions. In this series the artistsetsentirely aside his previous discourse, although retaining hisinterest in thematerial as a three-dimensionalexpressive elementinitself. Theartistcreates volumes in the shape of ingotsandpiles them uptoformacolumn. Duraluminand carobtree woodare thematerials chosen on this occasion, after an indepth process of research on matter that becomes a work of art.
The investigation underlining Stocks is no longer related to the perception of the physical properties of matter, but to their transformation into primary volumes for their warehousing and commercialization. In that sense, Cavalieri has noted that these works are related, on the one hand, to the global issue of the economy, and on the other to the scarcity of materials that is projected for the future.
With Stocks, Cavalieri’s work takes a step in the direction of a more conceptual approach to sculpture. By referring us to a minimaland, in a way, neutral unit of matter, the artist seeks to focus on that which more concretely gives shape to his work. However, the reference to the ingot as a measure for the warehousing of wealth opens up a broad pathway for the future development of his art, in agreement with the critical narratives of the contemporary era.
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